¿Cómo escribir un villano?

Toda buena historia cuenta con un villano a la altura. Solo hace falta detenerte a pensar en aquellas novelas, series, película so videojuegos que más te gusten. Es muy probable que si el género lo permite, dichas historias tenga un villano interesante. Y la verdad sea dicha, el rol de un villano en la historia es casi tan importante como el de los protagonistas. Recordemos que no existe trama sin problemática, y quien mejor que el villano para crearlos. Es por ello que son y serán una pieza fundamental en toda historia.

Si has llegado hasta esta entrada es porque buscas aprender a escribir un buen villano, y si es ese el caso, permíteme anticiparte que llegaste al lugar adecuado. Claro está que no existe una formula exacta para hacerlo, o que te garantice un buen antagonista. Sin embargo lo que sí existe son consejos que, de seguirlos, las probabilidades de escribir un buen villano se ven elevadas. Por lo que sin darle más larga a esta introducción, empecemos con el primer punto o consejo.

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¿Comprendes tu historia?

Este primer punto puede parecer un tanto burlesco por la manera en la que se plantea. Pues como autor de tu obra, lo menos que se espera es que tú la comprendas. No obstante, te sorprendería saber que este es un error más común de lo que imaginas, y en muchas ocasiones los propios autores no terminan de comprender aquello que escriben.

Con esto nos referimos a comprender el tipo de relato o historia que quieres contar, y saber a qué publico exactamente va dirigido. Por ejemplo, escribir un villano para una historia infantil no es lo mismo que escribir un villano para una historia madura. Ni mucho menos el villano de una parodia será igual al de un drama romántico. Estas son cosas que tu como autor debes tener muy claras antes de comenzar a escribir. Pues en esencia, comprender el tipo de historia que quieres contar y para quien va dirigido, te servirá como una buena base de la cual partir al escribir tus personajes.

La recomendación es que antes de tomar el papel y lápiz, te tomes un tiempo para analizar y pensar en lo que quieres hacer. Una vez lo tengas claro, perfectamente puedes arrancar con los personajes, incluyo al villano.

Justifica el rol del villano.

Un buen villano tiene un buen motivo para serlo, eso es indiscutible y de hecho, es la regla con la cual se miden. Aquí entre mucho lo que se conoce como un personaje tridimensional y una plano. Los personajes tridimensionales siempre suelen ser los más interesantes y memorables, aunque a su vez son los más complejos de escribir. El motivo está más que claro, desarrollar un personaje de este tipo requiere mayor trabajo y análisis por parte del escritor.

Desarrollarles un trasfondo que justifique por qué tu personaje es malvado, o porque adopta el rol de villano en tu historia, es clave para simpatizar con tus lectores. Resulta mucho más intrigante conocer que hay detrás de un personaje con trasfondo, que aquel cuyas motivaciones son muy vagas o mundanas.

OJO, es cierto que hay villanos planos que han logrado volverse memorables con el tiempo. Sin embargo la mayoría de vece han sido villanos pertenecientes a historias infantiles. Un ejemplo de esto serían los villanos de cuentos clásicos, como el de la bella durmiente de Disney o la caperucita roja. Por la naturaliza de dichas historias, un villano sin mucho trasfondo es todo lo que necesitan. Por ello es que mencionamos en el punto previo la importancia de comprender el tipo de historia que vas a contar.

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Haz que tu villano influya en tu historia.

Por el rol que ejercen los villanos en las historias, es inevitable que estos tengan cierta influencia. Más aún porque en muchas ocasiones son el motor o detonante de la problemática principal. No obstante, muchas historias suelen usar el villano solo para plantear el problema, pero la presencia del personaje suele ser casi nula. Para que esto no ocurra, debes contar más sobre el villano, y brindarle pequeños momentos que cuenten algo al lector.

Muchas veces cuando escribimos un personaje, tendemos a cometer el error de dejar todo muy obvio. Es decir, muchas veces dejamos muy en claro que el villano es X personaje, porque la propia historia te lo cuenta. ES aconsejable no hacer esto, y de hecho acudir a que las propias acciones del villano sean las que digan “Yo soy el malo de esta historia”. Cuando permites que el antagonista influya más en la historia mostrando actos y decisiones, estarás dándole a entender al lector de forma indirecta, que el villano es ese personaje.

De esta manera concluye la redacción de esta entrada, si ha sido de vuestro agrado e interés, considera leer: Cómo escribir más rápido.

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