Cómo hablar con un hijo adolescente

Siempre se ha dicho que en toda familia deben prevalecer el amor, el respeto y la comunicación. Cuando uno de estos 3 elementos falta, comienzan a surgir problemas y desacuerdos, muchos de los cuales terminan haciéndole mucho daño al núcleo familiar.

Si bien es cierto que estos elementos son muy importantes, cada uno aporta algo que fomenta la unidad y la buena relación entre los miembros de la familia. Por ejemplo, el amor los mantiene unidos y los ayuda a soportar las adversidades, el respeto hace que cada quien tenga claro el papel que cumple en el hogar y que nadie pase por encima de la autoridad de los demás.

Asimismo, la comunicación permite estar al tanto de lo que piensan y sienten los demás, a fin de ser más considerado y poder cubrir sus necesidades emocionales satisfactoriamente. Sin embargo, la verdad es que, para quienes tienen hijos en casa, la comunicación se complica conforme ellos van desarrollándose y creciendo y se vuelve crítica al llegar a la etapa de la adolescencia.

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Durante esta etapa, el joven experimenta una serie de cambios físicos, pero también hormonales, los cuales repercuten de diferentes formas en su carácter y su comportamiento. Se sienten incomprendidos, juzgados, fuera de lugar y, por lo tanto, tienden a alejarse de sus padres y a ensimismarse en su propio mundo.

La falta de comunicación durante esta etapa, puede ser muy peligrosa. De ahí que algunos padres se esfuercen por mejorar la situación, sin tener el éxito esperado. Si eres padre y te encuentras en una situación similar, es probable que agradezcas una mano amiga.

A lo largo de este artículo, estaré compartiendo contigo algunas recomendaciones que debes tener en cuenta a fin de mejorar la relación con tu hijo adolescente, a través de la comunicación abierta y franca.

Instrucciones para hablar con un hijo adolescente

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Es importante tener en cuenta que, aunque se trate de una situación complicada, que no siempre saldrá del todo bien, no debe dejar de intentarlo una y otra vez, ya que esto es de beneficio para toda la familia.

Puede que su lenguaje corporal o sus expresiones faciales te digan que no quieren hablar ni recibir tus comentarios. Sin embargo, a ellos, por lo general, les gusta expresar sus ideas y sentimientos.

Para tener una conversación abierta, con tu hijo, debes:

  1. Escuchar con mucha atención. Esto no solo implica estar atento a todo lo que sale de su boca, son también observar su lenguaje corporal, el tono de voz que usa, sus expresiones faciales, etc., ya que todo esto te aportará información útil e importante. Los expertos en la materia afirman que el padre que escucha, tiene mucha más probabilidad de ser escuchado.
  2. Luego que tu hijo haya terminado de hablar, no te quedes con dudas. Clarifica el problema o plantea preguntas relacionadas con tu interpretación de la idea central o de la emoción que quiere expresar. Pero hazlo sin juzgar. De esta manera te estarás asegurando de realmente entender lo que te quiere decir.
  3. En caso de que quieras indagar más, utiliza la empatía. Esto quiere decir que debes ponerte en su lugar y tratar de reflexionar en cómo te hubieses comportado, en sus mismas circunstancias, si tuvieras su edad. Este ejercicio te ayudará a comprenderlo mejor.
  4. Cuando estés hablando con él, míralo atentamente. Esta también es una manera de comunicarse con tu hijo. De esa manera le estás diciendo que realmente te interesas por lo que te está diciendo. Evita tener el televisor encendido, hojear la prensa o realizar cualquier otra actividad mientras hablas con él, pues esto representaría un obstáculo para que la comunicación fluya.
  5. No lo interrumpas cuando esté hablando. Respeta su derecho a expresar sus opiniones, incluso cuando no estés de acuerdo con ellas. Si su concepto se basa en una idea errónea, de igual manera escúchalo antes de corregirlo. Eso sí, procura hacerlo con mucho tacto y sutileza.
  6. Cuida tu tono de voz. Ten en cuenta que una cosa es preguntar y otra, muy diferente, es interrogar, y tu hijo conoce muy bien la diferencia. Evita utilizar un tono de voz que pueda interpretarse como acusador. Asimismo, haz tu mayor esfuerzo para no contestarle mal.
  7. Plantea preguntas que estimulen la conversación. Puedes crear oportunidades para hablar animándolo a describir, explicar y compartir sus opiniones usando preguntas específicas que estén basadas en lo que ya sabes que está en la mente de tu hijo. Así serán más eficaces.

Ahora bien, ¿qué más necesitas saber o vigilar a la hora de conversar con un hijo adolescente? ¿Qué señales pueden indicarte que algo va mal y es el momento de hablarlo?

¿Que necesitas para hablar con un hijo adolescente?

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Es normal que se presenten cambios durante la etapa de la adolescencia, lo que no es normal es que estos cambios sean extremos o se prolonguen demasiado tiempo. Ciertos comportamientos podrían indicarnos que se está presentando un problema que requiere de atención especial. Algunas señales de alarma son:

  • El incremento o la pérdida excesiva de peso.
  • Problemas a la hora de dormir. Específicamente, insomnio.
  • Cambios bruscos en su manera de comportarse.
  • Cambios en su círculo de amistades.
  • Comenzar a tener problemas con las calificaciones en la escuela.
  • Mencionar o bromear con la posibilidad de suicidarse.
  • Señales que indiquen que está adquiriendo hábitos dañinos, como el consumo del tabaco, el alcohol o las drogas.
  • Tener problemas de índole legal.

Además de lo que te he dicho anteriormente, todo comportamiento inadecuado que se prolongue por más de un mes o dos, también debe ser considerado como un signo de que algo, fuera de orden, está pasando. En tal caso, quizás, lo más recomendable es que busques apoyo profesional.

Por otra parte, también necesitas estar atento ante cualquier señal que indique que tu hijo quiere hablar. Por ejemplo, si te menciona algo que le está sucediendo a un tercero, es muy probable que se esté refiriendo a él mismo.

Otras veces tienden a hacer preguntas relacionadas con tu época de adolescente y tu experiencia personal. Y, puede que deje alguna revista abierta en un artículo que desee que veas o puede que deje la computadora con una página abierta, de forma intencional pero discreta.

Aprovecha estas circunstancias para poner en práctica las instrucciones que ya te he dado. No obstante, hay ciertas cosas que debes evitar, ¿como cuáles?

Consejos para hablar con un hijo adolescente

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Aunque como padre pienses que tienes el derecho de saber hasta el más mínimo detalle de la vida de tu hijo, resiste el impulso de querer violar su intimidad. Si no lo haces, le dificultarás aún más el proceso de conversión en un adulto joven.

Esto implica que tengas presente que su dormitorio, libros, mensajes en el teléfono, etc., son completamente privados, a menos que él quiera compartirlos contigo. Sin embargo, no debes esperar que lo haga, ni tampoco asumir que siempre compartirá contigo sus ideas y actividades diarias.

No seas inflexible a la hora de establecer normas en la casa. Por ejemplo, en lo relacionado con la hora en la que debe acostarse, la hora de llegada a casa los fines de semana, etc.

Tampoco debes serlo en aspectos como su ropa, su corte de cabello, el color de sus uñas, etc. Por lo general, a los adolescentes les gusta hacer cosas que los diferencien de los demás y que provoquen a sus padres. Si se tratan de cosas inofensivas, es mejor que se las dejes pasar, ya que terminarán siendo temporales.

No opines en todo y por todo lo que hace o deja de hacer. Más bien, guarda esas opiniones para asuntos de más importancia, como los aspectos que pueden llegar a ser permanentes e irremediables en su físico o en otros aspectos de su vida. Sin embargo, evita hacer juicios de valor.

No te sientas ofendido cuando tu hijo ya no quiera pasar tanto tiempo contigo como antes. Eso no significa que ahora te quiera menos. En ese momento, recuerda tu propia adolescencia. Es probable que hayas sentido lo mismo con respecto a tus padres.

 

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