Regla de Wallace

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La regla de Wallace es un método que se utiliza para las quemaduras. Con esta regla, se tiene en cuenta cuanta superficie se ha quemado, en qué zonas del cuerpo han sido y en consecuencia y por la gravedad y las dimensiones, se tiene en cuenta el porcentaje que se ha quemado.

Si nos basamos en cómo surgió esta regla, debemos ir al año cuarenta y siete. La idea fue de Pulaski y de Tennison.

Los médicos, lo que tienen en cuenta es un total de un cien por cien. Esa es la superficie total. A partir de ese porcentaje, ellos valoran las quemaduras y la cantidad (dimensiones). Los médicos siempre que una persona haya sido afectada por una quemadura y acude a un centro médico, un hospital, los servicios médicos, ambulancias, etc. Siempre, tienen en cuenta esta regla que llaman Wallace.

También les sirve, por ejemplo, para dar prioridad entre unos pacientes y otros. Un paciente con un porcentaje del cuerpo quemado y otro, con menos. Obviamente, el que tenga un mayor porcentaje quemado, tendría prioridad frente al otro. Esta regla se hizo con la idea de que los médicos y, sobre todo, ante una emergencia importante el servicio médico tenga una idea de la gravedad con la que están tratando y, por tanto, le dan más o menos prioridad y lo tengan en cuenta si hay varias víctimas afectadas de quemaduras.

Instrucciones

  1. Como dijimos, esta regla se tiene en cuenta por porcentajes. Siendo siempre el cien por cien, como máximo porcentaje.
  2. Para que pueda ser algo más sencillo de entender cómo pueden calcular los porcentajes de las quemaduras, más o menos sería así:
  3. Imaginemos, que un paciente se ha quemado un brazo y éste ha sido de un porcentaje de un 19% y se ha quemado una parte del pie, que es un porcentaje de un 15%. Lo que se tendría en cuenta en este caso, es el porcentaje quemado. Si se suma, sale un porcentaje del 34%. Éste, sería el total quemado de ese paciente.
  4. Se tiene en cuenta cada parte del cuerpo quemado, no importa que sea un pie, la espalda, una mano, el brazo y la cara (por dar ejemplos). Ellos consideran según las dimensiones en porcentajes y dan prioridad según los cálculos (totalmente entendible, por otra parte).
  5. Para la mayoría de las personas, esta regla para medir las dimensiones de las quemaduras es aceptable y se entiende, pero no es así para todo el mundo. De hecho, en su momento, hubo una polémica porque se decía, que las personas que sufrieran un sobrepeso o padecieran de obesidad mórbida deberían tener un porcentaje diferente a las personas que estuvieran en su peso o un peso normal.
  6. Cuando estamos hablando de la regla de Wallace se debe hacer hincapié y recalcar, que esta regla se corresponde con las personas adultas. En personas menores, en niños, no es preciso y no se aplica.
  7. El motivo que dieron es claro. Cuando los niños son pequeñitos, tienen la cabeza más grande. Por tanto, en el tema de las quemaduras en la cabeza (que se tiene su propio porcentaje) en los niños, no se podría calcular bien. Lo mismo que ocurriría con sus piernecitas, los brazos, las manos y los pies. Son más pequeños, así pues, no saldrían bien las cuentas de las proporciones y sus porcentajes.
  8. Esta regla para calcular el porcentaje de quemaduras en el cuerpo se tiene en cuenta desde una edad de diez años, en adelante. Para menores de esa edad, no.
  9. Obviamente, no podían olvidarse de los más pequeños y es por eso, que ellos tienen otra regla y otros valores, que se les llama, la regla de los nueve. En su caso se tiene en cuenta las partes del cuerpo y los porcentajes. Tal que así: la cabeza sería un 18%, para calcular cada pierna sería un 13.5 %, para calcular las quemaduras en la cabeza, un 18%. Y para cualquier otra parte del cuerpo del menos, se le adjudicaría el mismo porcentaje que se le pone a un adulto.
  10. Como ya dijimos, sólo se les cambia la regla y la manera de calcularlo, con las zonas más pequeñitas de los niños. Las demás, se tienen en cuenta como en los adultos.
  11. Hay otras maneras de poder calcular rápidamente las partes quemadas de una persona. A parte de la más famosa, que es la regla de Wallace. Nunca suplen a esta regla, pero pueden ayudar. Por ejemplo, se encuentra también la famosa regla número uno.
  12. ¿En qué consiste? En medir las dimensiones quemadas de manera bastante rápida con la palma de la mano. En cuestión, se cogerá la mano de la persona afectada (el paciente) y con los dedos extendidos y unidos, y con ella, se extenderá sobre el cuerpo. Lo que abarque la mano serán porcentajes. De esta manera, por cada palma (mano entera extendida) será lo mismo que decir un porcentaje.
  13. Por supuesto, también se tienen en cuenta las gravedades de las quemaduras, que es lo que también se tiene muy en cuenta. Éstas, pueden ser y se clasifican de esta manera: quemaduras leves, quemaduras moderadas y quemaduras graves. También se les adjudica como quemaduras de 1º grado, quemaduras de 2º grado y quemaduras de 3º.
  14. Las quemaduras que se consideran leves son las que corresponden a un porcentaje corporal menor de un 15%.
  15. Las quemaduras que son moderadas se consideran las que son entre los 15% y el 20% y se corresponde a las quemaduras de segundo grado.
  16. Por último, las quemaduras graves, son las quemaduras que están en el rango del 3º. Siempre están indicadas en casos con un porcentaje quemado de más de un 25%.
  17. Cuando se dice que una quemadura es de primer grado, hace referencia a una quemadura que, por suerte, sólo es en un nivel superficial. Es decir, sólo se quema la piel. Eso no quiere decir que no suela (al contrario) porque es igualmente doloroso. Por lo general, se suele notar cierta quemazón (en mayor o menos medida), la zona inflamada y roja.
  18. Las quemaduras que son de segundo grado: en este tipo de quemadura ya entra en juego no sólo la zona más superficial de la piel, sino que también la parte interna de la misma. En este tipo de quemadura el nivel de dolor es más agudo. Se siente dolor, también aparecerá inflamación.
  19. ¿Cómo se puede ver a simple vista si una quemadura es de primer o de segundo grado? Porque en las quemaduras que son de segundo grado, también aparecerán ampollas. En la de primer grado, no. Jamás, nunca, bajo ningún concepto, hay que pinchar las ampollas que puedan aparecer. No lo hagáis porque podéis causar un autentico problema. Desde graves infecciones, más dolor, cicatrices en la piel, etc.
  20. En el último nivel, están las quemaduras que son de tercer grado. Estas son, las quemaduras más graves, más las importantes y las más serias. En estas quemaduras se ha quemado la parte más profunda que hay en la piel. Muchos dicen que no sienten casi ni dolor otros en cambio, sí. En cualquier caso, la piel dependiendo del tipo de quemadura puede tener un aspecto más blanco, negro o totalmente quemado. Por lo general, en este tipo de quemaduras siempre queda una cicatriz.
  21. En los casos de las quemaduras de segundo y de tercer grado, siempre hay que acudir con rapidez, a un centro médico. Son los médicos quienes deberán evaluar las quemaduras, la superficie que ocupan, el lugar, el cómo se han producido y curarlas correctamente. Siempre hay que seguir las pautas que os marquen los especialistas y se deberán hacer las curaciones a diario.

Que Necesitas

  • Suero fisiológico.
  • Gasas estériles.
  • Vendas, esparadrapo, guantes de un solo un uso.
  • Tijeras.
  • Acudir rápidamente a un centro médico, Urgencias o centro hospitalario.

Consejos

Una vez que hay quemaduras y no solamente una persona, sino que también pueden ser varias o muchas, el tener los médicos una regla como es la regla de Wallace o también se le puede llamar la regla del nueve, es sumamente importante y resulta muy resolutiva. De esta manera, pueden ir atendiendo rápidamente a los pacientes según la gravedad de las quemaduras, la extensión que tengan perjudicada (quemada) y poderles atender lo antes posible. Por qué, obviamente, no es lo mismo una persona que se ha hecho una quemadura de pequeña envergadura en un pie y de una gravedad de segundo grado, que una persona que se haya quemado el pecho, la mano y el brazo, con quemaduras de segundo y tercer grado.

Ante una quemadura, hay que reaccionar rápidamente, e ir al centro médico más cercano. Sobre todo, no arrancar la ropa, no limpiar con productos de ningún tipo, si veis que tenéis ampollas no se os ocurra pincharlas ni tocarlas, no tocar con las manos la quemadura para no infectarla, colocar la zona quemada bajo el grifo del agua con el agua templada y colocar una gasa para ir al médico. Ellos valorarán el caso y la importancia de la quemadura y en caso de ser grave, serán ellos mismos los que curarán las quemaduras a diario.

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